Hoy toca la otra alternativa: lectura en la terraza.
Estando ya sumergida en aquella inquietante historia, una voz que, aunque no lo supiese, deseaba volver a oír, se interpone en la continuación del argumento.
- ¡Mira a quién tenemos por aquí!
- ¡Findley! – Estaba ahí, en la terraza de la casa vecina.
Findley, que está en aquel pueblo costero únicamente de vacaciones, es un chico de grandes cualidades, con objetivos marcados y aptitudes para conseguirlos. Además, ambos tienen muchas cosas en común, al igual que muchas otras por las que se complementan perfectamente: a ella le encanta reír y a él provocar grandes carcajadas; ambos adoran la pintura, la música, el cine y el teatro, aunque son pésimos actores y desafinan como cerdos al cantar Carolina Liar; ella tiene una pasión: escribir; él otra: leer.
Le invita a comer, al igual que había hecho el día anterior con Lou, una gran amiga. Los presenta. Se conocen, se caen bien. Se ríen, disfrutan del momento. La mirada de Maya brilla a cada momento que se cruza con la de Findley. Al igual que la de Lou, que se ve acompañada por una gran sonrisa y unas mejillas sonrojadas: Maya puede ir olvidándose de la opción “posible amor de verano”. Y puede darlo por seguro cuando, a las dos semanas, Lou le pregunta por sus sentimientos y le pide “permiso" para intentar tener ella ese pequeño romance, ya que ella no parece estar interesada en ello.
Maya acepta.
Lou lo consigue.
Me encanto el blog.
ResponderEliminarYA te sigo. Gracias por seguirme.
No ando con mucho tiempo, cuando pueda me paso devuelta a chusmear :D
Besitos, que andes bien :)
Un blog encantador. Yo también pienso que no hay tiempo perdido a lo sumo algunas veces mal aprovechado.
ResponderEliminarUn beso.
Olaaa(:
ResponderEliminarNos gusta mucho tu blog! Y te seguimos!
Nos gustaria que entraras al nuestro y que nos siquieras:http://inmundasdos.blogspot.com/
Muchas gracias y besos!